• Ambas instituciones avanzaron en la planificación conjunta para 2026, proyectando nuevas líneas de trabajo orientadas a fortalecer la formación, la articulación asistencial-docente y el impacto territorial.

La colaboración interinstitucional constituye un eje clave para fortalecer la formación de profesionales de la salud, el desarrollo del sistema público y el impacto positivo en el territorio. En este contexto, se realizó una reunión de coordinación entre la Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins y el Servicio de Salud O’Higgins, instancia que permitió avanzar en la planificación conjunta para el año 2026 y proyectar nuevas líneas de trabajo orientadas a consolidar el vínculo entre formación, asistencia e investigación.

El encuentro fue encabezado por el Dr. Luis Salavarría, recientemente asumido como jefe del Departamento de Relación Asistencial-Docente del Servicio de Salud O’Higgins, quien relevó la importancia de fortalecer una relación estratégica y de largo plazo con la Universidad de O’Higgins. “Para el Servicio de Salud O’Higgins es prioritario consolidar una relación sostenida con la UOH, ya que la formación de profesionales de la salud requiere una articulación permanente entre el ámbito académico y la red asistencial, que permita ampliar las capacidades formadoras, potenciar la investigación aplicada y responder de mejor manera a las necesidades sanitarias del territorio”, señaló.

Desde la UOH, la subdirectora de la Escuela de Salud, Lisette Olguín, destacó el valor de proyectar este trabajo colaborativo con una mirada estratégica y de largo plazo. “Este proceso colaborativo resulta clave para asegurar mejores oportunidades formativas para nuestras y nuestros estudiantes y, al mismo tiempo, contribuir activamente al fortalecimiento de la red pública de salud de la región”, indicó.

Por su parte, la coordinadora de la Unidad de Campos Clínicos de la Escuela de Salud, Tamara Ramírez, enfatizó el carácter estratégico de estas instancias de coordinación. “Estas instancias nos permiten avanzar hacia un modelo de trabajo más integrado, donde la Universidad y el Servicio de Salud operan de manera articulada y complementaria. Este enfoque fortalece las capacidades formadoras, el desarrollo profesional de los equipos de salud y tiene un impacto directo en la calidad de la atención que reciben las personas, generando un beneficio concreto para el territorio”, afirmó.

Finalmente, desde la Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins se valoró la apertura y el compromiso del Servicio de Salud O’Higgins para continuar construyendo un camino compartido, orientado a elevar la calidad formativa, fortalecer el sistema sanitario regional y contribuir al bienestar de la comunidad.

• El encuentro reunió a consejeros nacionales de las escuelas de Medicina del país en el Campus Clínico UOH, con talleres formativos, actividades colaborativas y un recorrido por las instalaciones.

La Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins (UOH) fue anfitriona del Consejo Nacional de la Asociación de Estudiantes de Medicina de Chile (Asemech), encuentro que se realizó en el Campus Clínico UOH del Hospital Dr. Franco Ravera Zunino. La jornada comenzó con el saludo del jefe de la carrera de Medicina, Ignacio Aránguiz, quien destacó el reciente éxito de los Juegos Interescuelas de Medicina (JIM), que este año alcanzaron una participación histórica de más de 4.500 estudiantes a nivel nacional.

La sesión de trabajo fue conducida por Sofía Yáñez, estudiante de quinto año de Medicina UOH y representante nacional de la casa de estudios, junto al equipo de la Escuela de Salud. Esta colaboración reafirmó el compromiso institucional con el acompañamiento y desarrollo integral de las y los estudiantes.

Uno de los momentos centrales fue el Taller de Formación para Monitores en Primeros Auxilios Psicológicos, impartido por Tamara Puga, profesional del Centro de Enseñanza y Aprendizaje de la Escuela de Salud. La instancia se enfocó en ofrecer herramientas para la contención emocional y el abordaje inicial en situaciones de crisis, aspectos de alta relevancia en el contexto formativo y clínico actual.

Las delegaciones realizaron además un recorrido por el Campus Clínico de la UOH en el Hospital Dr. Franco Ravera Zunino, donde participaron en actividades académicas y recreativas. La jornada consideró un almuerzo en el quincho del hospital y dinámicas de integración en la cancha recreativa, fortaleciendo el sentido de comunidad y el intercambio entre estudiantes de distintas regiones del país.

Durante el encuentro, Diego Polanco, presidente de ASEMECH, valoró el espacio de diálogo y coordinación que ofreció la Universidad. En sus palabras, agradeció “una jornada fructífera” y destacó la hospitalidad, organización y compromiso demostrados por la UOH, elementos que facilitaron el trabajo conjunto con los consejeros nacionales de las escuelas de Medicina del país.

Para cerrar la actividad, la consejera nacional Sofía Yáñez expresó su deseo de continuar fortaleciendo la presencia de la UOH en estos espacios y proyectó futuros encuentros que consoliden a la Universidad como una sede activa en la formación en salud en Chile.

• La instancia reunió a profesionales, académicos y equipos de salud de todo el país para reflexionar sobre el autocuidado, la humanización en la atención sanitaria y el desafío de construir entornos laborales más conscientes y empáticos.

El Centro de Enseñanza y Aprendizaje (CEA) de la Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins participó activamente en la Jornada Nacional de Humanización SOCHIIHS: “Cuidar de ti para cuidar mejor”, desarrollada en la sede de Duoc UC en la ciudad de Puerto Montt. El encuentro congregó a representantes de diversas regiones y disciplinas del ámbito sanitario, en un espacio orientado a promover la humanización desde un enfoque integral.

La actividad, organizada por la Sociedad Chilena Interdisciplinaria de Humanización Sociosanitaria (SOCHIIHS), centró su reflexión en la importancia del autocuidado del personal de salud como base para brindar una atención más cercana, respetuosa y consciente hacia los usuarios y sus familias.

Para Stefanie Grimalt, presidenta de SOCHIIHS, la jornada representó un hito significativo en la construcción de una mirada amplia y participativa sobre la humanización.

“Estamos muy satisfechos por la alta participación de equipos provenientes de distintas regiones y por la diversidad de disciplinas representadas. Este encuentro trasciende el bienestar de los usuarios y sus familias, y pone en el centro el autocuidado y el cuidado del personal sanitario. La humanización debe construirse con los equipos de salud y para ellos, reconociendo su rol fundamental en los procesos de atención”, destacó.

La delegación del CEA valoró profundamente la oportunidad de participar en un espacio orientado a fortalecer la formación humana e interdisciplinaria en salud.

Tamara Puga, profesional de apoyo del CEA, destacó el impacto de la jornada para los procesos formativos de la Universidad de O’Higgins. “Fue una instancia muy enriquecedora que reforzó nuestro compromiso con una formación en salud centrada en el autocuidado, la empatía y el buen trato. Esta experiencia nos impulsa a seguir fortaleciendo el trabajo de la Escuela de Salud UOH en iniciativas orientadas a formar para una atención interdisciplinaria más humana y consciente”, señaló.

La participación del CEA en este encuentro nacional reafirma el compromiso de la Escuela de Salud UOH con la incorporación de enfoques innovadores y humanizados en la formación de futuros profesionales, y con el fortalecimiento de redes que promuevan una cultura sanitaria más respetuosa, colaborativa y centrada en las personas.

• El evento abrió un espacio de reflexión sobre los desafíos actuales en educación y comunicación en salud, resaltando la necesidad de integrar metodologías emergentes y fortalecer el rol de las comunicaciones desde un enfoque colaborativo e interdisciplinario.

El Centro de Enseñanza y Aprendizaje de la Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins realizó la tercera versión de su jornada formativa, titulada “Encuentro, innovación y comunicación en salud”. Esta instancia se ha consolidado como un espacio clave para la reflexión académica, la innovación pedagógica y el intercambio de experiencias comunicativas vinculadas a la formación y promoción de salud.

La actividad reunió a académicas/os, docentes, profesionales y estudiantes para dialogar sobre los desafíos que enfrenta hoy la educación en salud, marcada por procesos de transformación profunda tanto en la Educación Superior como en la práctica clínica y el impacto de la comunicación en salud. El encuentro se desarrolló en dos bloques temáticos que permitieron explorar perspectivas complementarias.

El primer bloque, orientado al rol de la simulación clínica, abordó tanto sus formatos tradicionales como las oportunidades que ofrece la inteligencia artificial para enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje. El segundo bloque profundizó en la comunicación y orientación en salud desde la mirada de profesionales del área, destacando el uso de recursos audiovisuales como herramienta para enseñar, sensibilizar y acercar el conocimiento científico a la comunidad.

Asimismo, la jornada contó con la destacada participación del Centro de Habilidades Clínicas (CHC) y equipo iFACES (Festival Audiovisual internacional de Ciencias Educación y Salud) de la Universidad de Chile, quienes entregaron valiosos aportes para fortalecer el trabajo colaborativo entre instituciones en torno a la comunicación y la simulación clínica en salud.

Impresiones de las autoridades y organizadores

Para Estefanía González, directora de la Escuela de Salud UOH, esta instancia refleja el compromiso de Escuela de Salud UOH y su Centro de Enseñanza y Aprendizaje quienes constantemente desarrollan y abren espacios de participación y diálogo en torno a sus líneas de desarrollo como la innovación y comunicación. “Estas jornadas nos permiten abrir la Universidad a los equipos de salud, docentes y estudiantes, generando un diálogo que enriquece tanto el trabajo docente como el ejercicio profesional. La comunicación y la simulación clínica son herramientas fundamentales para formar futuros profesionales integrales, empáticos y preparados para los desafíos actuales del sistema sanitario”, destacó.

La Coordinadora del CEA y organizadora del primer bloque, Paula Sepúlveda, valoró la posibilidad de reunir experiencias y miradas diversas en torno a la enseñanza en salud. “La simulación clínica, tanto en su formato tradicional como integrada con inteligencia artificial, es hoy una metodología innovadora y acorde a los nuevos tiempos, que fortalece el razonamiento clínico y la toma de decisiones en la formación de futuros profesionales de la salud. En la Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins, esta temática se desarrolla de manera estratégica a través del Centro de Enseñanza y Aprendizaje (CEA) en conjunto con el Centro de Habilidades Clínicas y Docentes (CHCD) y mediante un convenio de colaboración con la Universidad de Stanford, que impulsa el uso de tecnologías avanzadas en la docencia y en la simulación de escenarios clínicos” afirmó.

Por su parte, Pablo Miranda, periodista del CEA y organizador del segundo bloque, subrayó la relevancia que adquiere hoy la comunicación estratégica para el sector salud. “El uso de recursos audiovisuales y narrativos permite acercar la información a las personas, educar desde una mirada más humana y construir puentes entre la ciencia, las instituciones y la ciudadanía. Este bloque buscó precisamente visibilizar esas prácticas y proyectar nuevas colaboraciones”, señaló.

Participación interinstitucional

La jornada contó con la presencia de equipos y organizaciones del ámbito de la salud regional y nacional, entre ellos: Seremi de Salud O’Higgins, Servicio de Salud O’Higgins, Hospital Regional Dr. Franco Ravera Zunino, Hospital de Rengo, Hospital de San Fernando, CORMUN Rancagua, Dirección de Salud de Huechuraba, Salud Rengo, Clínicas del Cobre – Hospital Clínico Fusat, Colegio Médico O’Higgins, Travesía Film, TVN Red O’Higgins, IP y CFT Santo Tomás, Universidad Central y SOEDUCSA. Todos ellos aportaron sus experiencias y perspectivas al diálogo interdisciplinario.

Ximena Lee, directora del Festival iFACES de la Universidad de Chile, también destacó el valor de la jornada y el trabajo conjunto entre instituciones. “Agradecemos profundamente la invitación y la acogida que recibimos de la Escuela de Salud UOH. Ha sido una experiencia muy valiosa y enriquecedora para nuestro equipo. Nos permitió conocer cómo los distintos expositores están relevando la comunicación en sus ámbitos de trabajo y cómo nuestro quehacer se articula con el desafío de comunicar en salud. Felicitamos esta iniciativa y valoramos haber podido desarrollar aquí el segundo hito del Festival iFACES en un contexto tan significativo”.

La directora del Centro de Habilidades Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Claudia Arancibia, destacó el valor formativo y colaborativo de la jornada. “Estas instancias son fundamentales para crear comunidad entre instituciones, generando espacios de encuentro entre docentes y formadores comprometidos con innovar en la enseñanza. Nos permiten reflexionar sobre nuestras metodologías, proponer mejoras y avanzar hacia cambios que finalmente se traduzcan en una mejor educación para nuestras y nuestros estudiantes”, señaló.

• La terapeuta ocupacional y docente UOH, Ana María Aros, plantea que el aumento del consumo intensivo y del uso de medicamentos sin prescripción responde a dificultades de afrontamiento emocional, presión académica y efectos del aislamiento vivido en pandemia.

El Tercer Estudio de Consumo de Drogas en Educación Superior (SENDA 2025) reveló una disminución general en el uso de sustancias, pero un aumento del consumo intensivo, especialmente de alcohol, junto con una preocupante presencia de medicamentos sin receta. Para Ana María Aros, terapeuta ocupacional y docente de la carrera de Terapia Ocupacional de la Universidad de O’Higgins (UOH), estos resultados no pueden leerse solo como conductas recreativas, sino como una expresión de procesos emocionales y de afrontamiento presentes en la vida estudiantil.

Según el informe, un 42,3% de los estudiantes consumió alcohol en el último mes y el 60,9% de ellos reportó haber estado ebrio al menos una vez. También se observan signos de automedicación con tranquilizantes (5,7%), analgésicos (3,3%) y estimulantes (1,7%); además de un aumento de drogas sintéticas que bordean el 2%. Frente a este escenario, la docente señala que el foco debe estar en lo que subyace a estas cifras. “La presión académica, la ansiedad por el rendimiento y la incertidumbre sobre el futuro son parte de un proceso vital que hoy se vive con mucha más intensidad. Muchos estudiantes usan sustancias para regular emociones difíciles que no saben cómo gestionar”, explica la profesional.

Ana María Aros plantea que una de las claves para comprender el fenómeno es el impacto de la pandemia en el desarrollo socioemocional de los jóvenes. “El retorno a la presencialidad dejó en evidencia brechas en habilidades sociales y dificultades para construir vínculos. Un grupo importante de estudiantes creció en contexto de aislamiento y esto incidió en la forma en que enfrentan el estrés y la presión universitaria”, afirma.

La especialista también identifica la normalización de la embriaguez como parte de la vida universitaria. “Existe una cultura donde el carrete y el exceso se interpretan como algo natural. Mientras eso siga siendo un ritual de integración, será difícil que los estudiantes busquen ayuda o perciban el riesgo”, señala.

Automedicación: señal de alerta silenciosa

El aumento del consumo de fármacos sin receta es, para la docente, uno de los aspectos más preocupantes del estudio. “Hay estudiantes que toman ansiolíticos para dormir, estimulantes para rendir más o analgésicos para seguir el ritmo. Esto refleja desconocimiento de los riesgos y también dificultades para acceder oportunamente a atención en salud mental”, sostiene. Advierte que estas prácticas pueden desencadenar dependencia, afectar la memoria, la concentración y aumentar cuadros de ansiedad y depresión.

Además, considera que cualquier estrategia preventiva debe ir más allá de mensajes informativos. “No basta con decir que una sustancia es peligrosa. La prevención debe ayudar a los estudiantes a identificar emociones, pedir ayuda, regular el estrés y reconocer que no necesitan medicarse o embriagarse para pertenecer o rendir”, enfatiza.

También destaca la importancia de espacios seguros de conversación, atención psicológica oportuna y acompañamiento entre pares. “La comunidad universitaria se convierte en un factor protector cuando el bienestar y el cuidado son parte de la cultura institucional, no solo campañas esporádicas”, añade.

Responsabilidad colectiva

Ana María Aros afirma que el consumo intensivo y la automedicación “no son conductas aisladas, sino señales de un malestar emocional profundo que debemos atender con empatía y evidencia”. Sostiene que el desafío no se limita a los servicios de salud mental, sino que requiere involucrar a docentes, unidades académicas y redes de acompañamiento. “Como instituciones formamos profesionales, pero también acompañamos personas en una etapa vulnerable de la vida. No podemos desatender lo que ocurre emocionalmente en ese proceso”, concluye.

• El convenio permitirá que estudiantes desarrollen actividades académicas en programas comunitarios, fortaleciendo su formación en contextos reales vinculados a inclusión social.

La Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins dio un nuevo paso en el fortalecimiento de su vinculación territorial a través de la firma de un convenio de cooperación con la Fundación Unión Laboral Inclusiva de Chimbarongo, institución dedicada a la promoción de acciones formativas y de apoyo social dirigidas a personas en situación de vulnerabilidad e inclusión laboral.

El acuerdo establece una alianza orientada a la coordinación y recepción de estudiantes de carreras de la Escuela de Salud en programas dependientes de la Fundación. Esto permitirá que las/os estudiantes realicen actividades académicas y prácticas profesionales en espacios comunitarios vinculados a salud, educación y otros ámbitos afines al enfoque social y sanitario de la UOH.

Como parte del compromiso, la Fundación Unión Laboral Inclusiva apoyará para el desarrollo de actividades académicas. La Universidad, por su parte, organizará las prácticas y acciones formativas en coherencia con los requerimientos establecidos por la normativa de salud vigente, el marco regulatorio universitario y los acuerdos emanados de la Comisión de Coordinación Docente Asistencial.

Para Tamara Ramírez, Coordinadora de Campos Clínicos de la Escuela de Salud UOH, este convenio representa una oportunidad para fortalecer la formación en contextos comunitarios reales. “Este convenio fortalece nuestro compromiso con la formación en territorios reales, permitiendo que nuestros estudiantes aprendan en espacios donde la inclusión es una práctica cotidiana. Trabajar junto a la Fundación Unión Laboral Inclusiva nos permite aportar a la comunidad desde la salud y, al mismo tiempo, formar profesionales con una mirada sensible, ética y social”.

La Comisión de Coordinación Docente Asistencial tendrá un rol clave para velar por el desarrollo armónico del convenio. Entre sus responsabilidades se encuentra potenciar la relación docente asistencial supervisando la correcta ejecución del acuerdo, priorizando el bienestar, dignidad y seguridad de usuarios y estudiantes.

Con esta alianza, la Escuela de Salud reafirma su compromiso con el desarrollo local desde una perspectiva inclusiva, fortaleciendo el trabajo formativo en contextos comunitarios reales, a través de experiencias que favorecen la formación profesional y el vínculo con el territorio.

• La carrera realizó la investidura de su segunda generación, instancia acompañada por familias, autoridades universitarias y docentes que destacaron el crecimiento académico y humano del estudiantado.

Con un ambiente cargado de emoción y solemnidad, la segunda generación de la carrera de Kinesiología de la Universidad de O’Higgins vivió su ceremonia de investidura, un hito que marca el inicio formal de las prácticas clínicas y el fortalecimiento de la identidad profesional. La jornada convocó a autoridades universitarias, académicas y académicos de la Escuela de Salud, además de madres, padres y acompañantes que llegaron para celebrar uno de los momentos más significativos del proceso formativo.

Durante la instancia, el jefe de la carrera de Kinesiología, Luis Flores Abarca, compartió un mensaje lleno de cercanía y reconocimiento al esfuerzo de las y los estudiantes. Valoró el camino recorrido por la cohorte y destacó su crecimiento humano y académico. “Hoy es el día en que sus sueños comienzan a tomar una forma más tangible, donde se ven representados los años de esfuerzo en un momento que jamás olvidarán”, expresó, subrayando que “he sido testigo del cansancio tras largas jornadas de estudio, pero también de la chispa que aparece al comprender un concepto complejo”.

El jefe de carrera agregó que el compromiso de la generación va más allá del conocimiento técnico y alcanza una dimensión profundamente humana. “Son la esperanza de ese adulto mayor que quiere volver a caminar con dignidad, la luz de esa niña que necesita alcanzar su máximo potencial y el apoyo para quienes buscan recuperar su funcionalidad y su alegría de vivir”, sostuvo, invitándolos a no olvidar el autocuidado y a encontrar en la Kinesiología una fuente de realización personal.

La ceremonia también estuvo marcada por la voz de sus protagonistas. Amaro González, estudiante proveniente de Paredones, compartió la emoción de vivir este paso junto a su comunidad. “Es un paso muy bonito en nuestras carreras, especialmente porque podemos compartirlo con nuestras familias. Nos sirve mucho para nuestro ámbito profesional, ya que desde ahora podemos realizar prácticas que fortalecen nuestro camino”, indicó.

El estudiante resaltó la relevancia de que sus seres queridos asistieran, considerando la distancia. “Es una instancia muy bonita porque ellos no viven en Rancagua y nos permite reunirnos en un día que significa mucho para todos”, añadió.

Desde otra mirada, la estudiante Constanza Vera destacó la responsabilidad que implica esta nueva etapa formativa. “Hoy es un paso importante porque aquí nos comprometemos a ser buenos profesionales, a ser buenas personas y a poder ayudar a otros desde el respeto y la vocación”, señaló.

La estudiante también valoró la presencia de las familias en la ceremonia. “Vivir esto con mis padres y con los padres de mis compañeros es un orgullo para todos nosotros”, expresó.

La investidura concluyó entre abrazos, aplausos y fotografías que sellaron una jornada llena de sentido para la comunidad de Kinesiología UOH. La Escuela de Salud reafirma así su compromiso con la formación de profesionales capaces de transformar vidas con sensibilidad, excelencia y un profundo sentido de servicio.

• El encuentro reunió a autoridades y equipos de campos clínicos de ambas casas de estudio.

La Unidad de Campos Clínicos de la Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins (UOH) sostuvo una reunión de trabajo con representantes de la Universidad de Valparaíso (UV) con el propósito de avanzar en un tema clave para el desarrollo regional: la formación de especialistas y el fortalecimiento de los campos clínicos en el territorio.

En el encuentro participaron el Prorrector de la UOH, Álvaro Cabrera; la coordinadora de Campos Clínicos de la Escuela de Salud, Tamara Ramírez; la directora general de Postgrado y Postítulo de la UV, Angélica Mosqueda; y el director de Campos Clínicos de la UV, Jaime Jamett. Las/os representantes de ambas instituciones compartieron con total apertura sus experiencias, modelos de gestión y desafíos, generando un diálogo técnico que permitió identificar oportunidades de mejora conjunta.

El intercambio se centró en proyectar un sistema formador más pertinente, sostenible y conectado con las necesidades reales del territorio. Desde la UOH, Tamara Ramírez destacó el valor de este trabajo conjunto y señaló que “estas conversaciones nos permiten mirar con mayor amplitud los desafíos de la formación de especialistas y fortalecer la coordinación interinstitucional. La colaboración entre universidades públicas es fundamental para responder de forma más justa y coherente a las necesidades de salud de nuestra región”.

Estas instancias consolidan el trabajo colaborativo entre universidades públicas, fortalecen la articulación territorial y permiten avanzar hacia una agenda regional de salud más equilibrada y orientada al bienestar de las comunidades.

• Fortalecer el trabajo conjunto entre ambas instituciones y explorar nuevas oportunidades de colaboración en formación práctica, docencia e investigación.

La Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins y el Hospital de Rengo Ricardo Valenzuela Sáez sostuvieron la segunda mesa de trabajo docente-asistencial en el Campus Rancagua, una instancia orientada a fortalecer la colaboración entre ambas instituciones. Durante el encuentro, las autoridades realizaron un recorrido por el Centro de Simulación y los Laboratorios de la Escuela de Salud, con el propósito de identificar espacios de trabajo compartido que respondan tanto a las necesidades formativas del estudiantado como a los requerimientos técnicos y de capacitación del Hospital de Rengo.

La jornada contó con la participación de la directora de la Escuela de Salud, Estefanía González; el jefe de Docencia e Investigación del Hospital de Rengo, Luis Salavarría; y la coordinadora de la Unidad de Campos Clínicos, Tamara Ramírez, junto con representantes de la Escuela de Salud y del equipo de docencia e investigación del Hospital.

“Nuestro propósito es que la Universidad de O’Higgins sea un referente no solo en la formación de nuevos profesionales, sino también en la capacitación y actualización de quienes ya se desempeñan en el sistema de salud. Abrir estos espacios de encuentro y aprendizaje conjunto es fundamental para seguir aportando al desarrollo regional de nuestro sistema de salud”, enfatizó Estefanía González.

Por su parte, Luis Salavarría destacó la relevancia de la jornada como un ejercicio de articulación efectiva entre academia y salud pública. “Hemos iniciado la jornada con un recorrido por los laboratorios y el Centro de Simulación, lo que refleja el enfoque moderno y especializado que la Universidad de O’Higgins entrega en la formación de las áreas de la salud. Quiero resaltar también el impacto positivo y la alta valoración que tienen los estudiantes de pregrado en los distintos servicios hospitalarios, por su sólida preparación técnica y su trato humanizado hacia los pacientes. Finalmente, es muy relevante que la Universidad mantenga una visión regional: la mayoría de sus estudiantes provienen de la zona, lo que permite que su formación esté alineada con la realidad epidemiológica y las necesidades de salud pública de la región”, sostuvo.

Entre los acuerdos alcanzados, se reafirmó el compromiso con el fortalecimiento de la capacidad formativa y profesional en el ámbito de la salud. Se destacó el aumento de cupos para las seis carreras de la Escuela de Salud de la Universidad de O’Higgins en el Hospital de Rengo, lo que permitirá ampliar las oportunidades de formación práctica para los futuros profesionales del área. También se abordó la necesidad de ofrecer instancias de capacitación al personal del hospital en materias como metodología de la investigación e imagenología, en respuesta a las principales demandas del equipo de salud.

Asimismo, se subrayó la importancia de fomentar la investigación, la formación continua y la realización de jornadas regionales de humanización en colaboración con la carrera de Enfermería de la UOH, promoviendo el desarrollo de una red territorial de salud con enfoque integral y humano.

Para Tamara Ramírez, este encuentro reafirmó “el compromiso de ambas instituciones con un modelo de formación colaborativo y territorial, que consolide el círculo virtuoso entre docencia, asistencia e investigación aplicada, contribuyendo al fortalecimiento de la salud pública regional y a la formación de profesionales comprometidos con su comunidad”.

Esta segunda mesa de trabajo marca un nuevo paso en la consolidación de la alianza entre la Universidad de O’Higgins y el Hospital de Rengo, una colaboración que busca seguir elevando los estándares de formación, atención y vinculación con el territorio en beneficio de la Región de O’Higgins.

• Ante el alto consumo de pan blanco y dulces, Claudia Novoa y Julia Pozo, ambas de la carrera de Nutrición y Dietética proponen una once con alimentos frescos, integrales y equilibrados, sin perder la tradición que identifica a los chilenos.

La encuesta 5C de la empresa Cadem reveló un dato que confirma lo que muchos ya intuían: la “once” es el corazón de la rutina alimentaria chilena. Un contundente 76% de los chilenos la toma todos los días, consolidándola como una costumbre que combina tradición, afecto y encuentro familiar. Para la mayoría (43%), este momento representa un espacio cotidiano de conexión y se realiza principalmente entre las 19:00 y las 20:00 horas.

El estudio también mostró que la “once” ha reemplazado la cena para la gran mayoría: el 78% solo toma once, frente a un 9% que cena y un 13% que realiza ambas comidas. En cuanto a los sabores más representativos, la nostalgia y la sencillez dominan la mesa. El 31% de los encuestados considera que la once más chilena es el té con pan y palta. En preferencias, el 67% elige la marraqueta frente al 33% que opta por la hallulla, mientras que el 64% toma té de bolsa. Los berlines (47%) superan a los calzones rotos (35%) entre los dulces favoritos, y la mermelada de mora encabeza el ranking con un 30% de menciones.

Para la jefa de carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad de O’Higgins, la nutricionista Claudia Novoa, la once -si bien es una práctica muy arraigada en la cultura chilena- no siempre es equilibrada desde el punto de vista nutricional. “Una once compuesta por pan y palta puede considerarse parcialmente equilibrada, pero no completa. Aunque aporta carbohidratos y grasas saludables, carece de proteínas y verduras, elementos esenciales para una alimentación saludable”, comenta.

Agrega que el pan blanco tradicional, como la marraqueta o la hallulla, tiene un alto índice glicémico, lo que eleva rápidamente los niveles de azúcar en la sangre. “Cuando la once reemplaza la cena sin una composición adecuada, pueden surgir varios problemas, como pérdida de masa muscular en personas mayores o mayor riesgo metabólico en adultos. Nuestra sugerencia es ofrecer una once liviana, que incluya yogurt y fruta, para después cenar alimentos con proteínas magras y verduras ricas en fibra, evitando el pan en ambas comidas”, explica.

Por su parte, la docente de carrera, la también nutricionista Julia Pozo recomienda que, para hacer de la once una comida más saludable, se combinen diferentes grupos de alimentos. Sugiere elegir pan integral o controlar la porción —por ejemplo, media marraqueta o una hallulla delgada—, agregar una fuente de proteína como huevo, quesillo, pollo o legumbres en forma de pasta, e incorporar verduras frescas como tomate o lechuga para sumar fibra y micronutrientes. También aconseja mantener la palta en porciones moderadas y optar por bebidas sin azúcar o con endulzantes naturales como la stevia. “Al seguir estas recomendaciones, se puede lograr una once más nutritiva, que ayude a controlar el apetito y mantener estables los niveles de glucosa”, sostiene.

Consultada sobre el consumo de alimentos como berlines, completos o churrascos italianos, Julia Pozo advierte que, aunque son muy sabrosos, su consumo frecuente puede tener efectos negativos en la salud. “Son productos hiperpalatables, altos en grasas saturadas y sodio, y bajos en fibra. Además, muchos contienen carnes procesadas clasificadas por la Organización Mundial de la Salud como carcinógenas. Su consumo frecuente se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, obesidad y síndrome metabólico”, señala, y agrega que lo recomendable es consumirlos solo de forma ocasional.

Respecto al uso de endulzantes, que alcanza al 57% de los chilenos frente a un 8% que utiliza azúcar, Claudia Novoa considera que reducir el azúcar es positivo, pero advierte que el uso frecuente de endulzantes sin calorías también puede mantener el gusto por lo dulce. “Lo ideal es acostumbrarse poco a poco a sabores menos dulces, lo que ayuda a mejorar la relación con la comida y a favorecer una dieta más saludable a largo plazo”, comenta.

Finalmente, ambas profesionales coinciden en que es posible mantener la esencia de la once chilena, pero con un enfoque más nutritivo. Una versión equilibrada podría incluir pan integral o marraqueta sin miga, una porción moderada de palta, una fuente de proteína como huevo o legumbres, y verduras frescas. Acompañada de infusiones sin azúcar, esta combinación no solo genera mayor saciedad, sino que también ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en la sangre y a mejorar el perfil de grasas, contribuyendo al bienestar general sin renunciar a una de las tradiciones más queridas del país.