En la actividad, se discutió sobre la situación actual y los próximos pasos para avanzar en una educación libre de sexismo en todos los niveles, especialmente en educación superior y en la formación inicial docente.
El sexismo comprende prácticas y actitudes que discriminan de acuerdo con lo esperado de cada sexo. En el contexto educativo se reproduce un orden de género a través de diversos mecanismos de perpetuación del sexismo, específicamente, en la educación primaria y secundaria, se expresa en las brechas de sexo en los resultados de aprendizaje, en la motivación y autoconcepto en diferentes disciplinas, en las prácticas pedagógicas y expectativas docentes diferenciadas y en el currículum oculto de género.
Para tratar este tema, en el Auditorio del Campus Rancagua de la Universidad de O’Higgins, se desarrolló el conversatorio “¿Son sexistas mis prácticas de enseñanza?: Incorporación del Enfoque de Género en Educación”, organizado por el Programa de Formación Transversal de la Escuela de Educación de la casa de estudios en el marco del Proyecto de Desarrollo e Innovación Docente “Desarrollo de una pauta de autoevaluación de prácticas sexistas para docentes formadores/as de profesores/as”, a cargo de las docentes adjuntas Ana María Espinoza y Natalia Albornoz.
Además, se mostraron los resultados del estudio en Educación Superior ““El rol de los estereotipos de género en las actitudes de las/os estudiantes y prácticas docentes universitarias en la UOH”, desarrollado por las docentes y financiado por la Dirección de Equidad de Género y Diversidades.
Para Ana María Espinoza, investigadora responsable del trabajo, “este proyecto abordó el desarrollo de una pauta de autoevaluación de prácticas pedagógicas sexistas para docentes formadores/as, es decir para docentes que enseñan en la Escuela de Educación. Pudimos reflexionar sobre maneras para avanzar en el enfoque de género en la formación inicial docente visibilizando los efectos y manifestaciones del sexismo en el contexto educativo tanto a nivel escolar como en educación superior invitando a los y las participantes a como pensar en nuestras prácticas cotidianas, en las que reproducimos el sexismo y en cómo lo podemos transformar”.
Por su parte, para la también investigadora del proyecto y docente adjunta de la Escuela de Educación, Natalia Albornoz, “buscamos implementar cambios que no sean amenazantes para los y las docentes en formación. Es imposible no sentirse interpelados/as cuando se es evaluado/a por una perspectiva distinta cuando me piden hacer algo de una forma diferente a como lo he hecho todo el tiempo y me han resultado, sobretodo en cuanto al sexismo y las problemáticas de género que generan mucha resistencia”.