Antecedentes: los sobrevivientes de cáncer son una población en rápido crecimiento con necesidades de salud específicas. En los EE. UU., aproximadamente 17 millones de adultos son sobrevivientes de cáncer, lo que representa el 5 % de la población adulta, y las proyecciones indican que este número aumentará a 20 millones para 2026, según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. Los eventos cardiovasculares son la principal causa (no maligna) de muerte entre los sobrevivientes de cáncer, con un riesgo de muerte aproximadamente siete veces mayor en relación con sus contrapartes de la misma edad. Por tanto, el estudio de los factores de riesgo CV en pacientes oncológicos pediátricos supervivientes es un tema en auge, con ensayos clínicos prospectivos en marcha y que actualmente carecen de una base mecanística. Cada año en Chile se presentan aproximadamente 400 casos nuevos de cáncer infantil, y sabiendo que la sobrevida global es cercana al 60%, llegamos a un número apreciable de niños (alrededor de 240) que logran superar su enfermedad año tras año. Sin embargo, desde el inicio del programa, la monitorización del riesgo CV ha sido insuficiente, a pesar de que el 60-70% de los protocolos del PINDA (Programa Infantil para Drogas Antineoplásicas) incluyen antraciclinas, que son agentes quimioterápicos relacionados con alto riesgo de cardiotoxicidad. En relación a las medidas de intervención disiponibles, es bien sabido que el entrenamiento aeróbico conduce a una mayor capacidad/aptitud cardiorrespiratoria, CCR (inglés CRF; cardiorrespiratoty fitness). Por otro lado, el tipo de entrenamiento, en el caso de resistencia aumenta significativamente la fuerza muscular y mejora la forma física, asociándose a mejoría de los outcomes cardiovasculares en adultos sobreviviente de cáncer. En esta población se ha visto que un CCR más baja se asocia con una mayor carga de síntomas y un mayor riesgo de morbilidad y mortalidad CV por afecciones no cancerosas; sin embargo, la relación entre la aptitud física expresada por la CCR y la ocurrencia de cardiotoxicidad no ha sido bien caracterizadas en la población infantil, o en la transición infantil-adulto, ya que cuentan con un vacío de seguimiento CV. Con base en estos antecedentes, planteamos la hipótesis de que mejorar la condición/aptitud física en una cohorte de sobrevivientes de cáncer infantil a través de la intervención con ejercicios se asocia con una disminución de los factores de riesgo cardiovascular y los marcadores ocurrencia de cardiotoxicidad.