En la actualidad existe evidencia convincente del limitado impacto que tienen las estrategias destinadas a la prevención y tratamiento de la hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares, una vez que éstas se manifiestan en el adulto. En este sentido, la identificación de los mecanismos que determinan a lo largo de la vida, especialmente en etapas tempranas del desarrollo, una mayor susceptibilidad a la aparición de estas enfermedades, representan un desafío para implementar estrategias efectivas de prevención o, alternativas terapéuticas adecuadas al grado de compromiso de la salud. Considerando la gran influencia que muestra la trayectoria de crecimiento y el estilo de vida sobre el desarrollo de enfermedades vasculares e hipertensión, en los últimos años ha existido un creciente interés en definir la participación de mecanismos que modifican la expresión de genes sin alterar la secuencia de estos (i.e. mecanismos epigenéticos) sobre el origen y progreso de éstas. El presente capítulo abordará qué es la epigenética, los mecanismos que median dichos efectos y el rol que cumple en definir a nivel molecular la programación de la(s) respuestas fisiológicas que condicionan el riesgo de desarrollar obesidad en las diferentes etapas del ciclo vital.
La visión de los factores genéticos como causa de las enfermedades crónicas, incluyendo las cardiovasculares, ha sido el motor de la investigación biomédica en el último siglo. Sin embargo, el padre de la biología moderna, Charles Darwin, planteó fuertemente en su obra “El origen de las Especies mediante la Selección Natural” que la “ley superior” del origen de las especies es la adaptación a “las condiciones de existencia” (i.e. medioambiente, estilo de vida), la que estaría por sobre la “selección natural” de características heredables (i.e. genes). Posteriormente, sería Conrad Waddington en sus estudios de embriología quien propone la importancia de la interacción entre los genes y el ambiente. Lo que se manifiesta en la capacidad que tiene el organismo de generar, a partir un conjunto de genes (genoma) único, los distintos tipos y funciones celulares que lo constituyen, mediante respuestas a estímulos que se suceden en un tiempo y lugar específico. Dicha propiedad del medioambiente de moldear el fenotipo fue definida por Waddington como “epigenética”.
Actualmente se denomina como epigenética al conjunto de “mecanismos modificadores del DNA que regulan la plasticidad fenotípica de una célula u organismo”. A través de estos mecanismos, nuestros genes pueden expresarse de manera adecuada en respuesta a cambios en el ambiente; pero a la vez definen respuestas fisiológicas a mediano y largo plazo basados en estas señales entregadas por el ambiente. En este contexto, el establecimiento de dichas respuestas limitaría, a través del ciclo vital, la plasticidad fenotípica del individuo. La presente línea de investigación se ha propuesto estudiar los cambios estructurales del sistema vascular y la activación de mecanismos epigenéticos desde etapas tempranas de la vida, que contribuirían al desarrollo de enfermedades cardiovasculares en el adulto. En este sentido plantemos que “el desarrollo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares en el adulto resultaría de un programación estructural y epigenética a nivel vascular, mediada por niveles deficitarios de oxígeno (i.e. hipoxia) y el estrés oxidativo intrauterino”. Esta programación fetal establecería una fisiología vascular pro-hipertensiva que devendría posteriormente en una disfunción cardiovascular a medida que el individuo envejece.